西班牙語學(xué)習(xí)網(wǎng):西班牙語閱讀《一千零一夜》連載三十五d

字號(hào):


    《一千零一夜》連載三十五d
    PERO CUANDO LLEGÓ LA 759 NOCHE
     
    
    Ella dijo:
    
    “ ...¡Y eso es todo lo que deseo de ti por hoy!”
    Apenas acabó de hablar Aladino, cuando el genni, después de la res­puesta con el oído y la obediencia, apresuróse a desaparecer, pero pa­ra volver al cabo de un momento con el caballo, los cuarenta y ocho esclavos jóvenes, las doce jóvenes, los cuarenta y ocho sacos con cinco mil dinares; cada uno y los doce tra­jes de tela y color diferentes. Y to­do era absolutamente de la calidad pedida, aunque más hermoso aún. Y Aládino se posesionó de todo y despidió al genni, diciéndole: “¡Te llamaré cuando tenga necesidad de ti!” Y sin pérdida de tiempo se des­pidió de su madre, besándola una vez más las manos, y puso a su ser­vicio a las doce esclavas jóvenes, re­comendándoles que no dejaran de hacer todo lo posible por tener con­tenta a su ama y qué le enseñaran la manera de ponerse los hermosas trajes que habían llevado.
    Tras todo lo cual Aladino se apre­suró a montar a caballo y a salir al patio de la casa. Y aunque subía entonces por primera vez a lomos de un caballo, supo sostenerse con una elegancia y una firmeza que le hu­bieran envidiado los más consuma­dos jinetes. Y se puso en marcha, con arreglo al plan que había imagi­rindo para el cortejo, precedido por veinticuatro esclavos formados en dos hileras de a doce, acompañado por cuatro esclavos que iban a am­bos lados llevando los cordones de la gualdrapa del caballo, y seguido por los demás, que cerraban la mar­cha.
    Cuando el cortejo echó a andar por las calles se aglomeró en todas partes, lo mismo en zocos que en ventanas y terrazas, una inmensa muchedumbre mucho más conside­rable que la que había acudido a ver el primer cortejo. Y siguiendo las órdenes que les había dado Aladino, los cuarenta y ocho esclavos empe­zaron entonces a coger oro de sus sacos y a arrojárselo a puñados a derecha y a izquierda al pueblo que se aglomeraba a su paso. Y resona­ban por toda la ciudad las aclamacio­nes, no sólo a causa de la generosi­dad del magnífico donador, sino también a causa de la belleza del ji­nete y de sus esclavos espléndidos. Porque en su caballo, Aladino esta­ba verdaderamente muy arrogante, con su rostro al que la virtud de la lámpara mágica. hacía aún más en­cantador, con su aspecto real y el airón de diamantes que se balancea­ba sobre su turbante. Y así fue como, en medio de las aclamaciones y la admiración de todo un pueblo, Aladino llegó a palacio precedido por el rumor de su llegada; y todo estaba preparado allí para recibirle con todos los honores debidos al es­poso de la princesa Badrú'l-Budur.
    Y he aquí que el sultán le espera­ba precisamente en la parte alta de la escalera de honor, que empeza­ba en el segundo patio. Y no bien Aladino echó pie a tierra, ayudado por el propio gran visir, que le tenía el estribo, el sultán descendió en ho­nor suyo dos o tres escalones. Y Aladino subió en dirección a él y quiso prosternarse entre sus manos; pero se lo impidió el sultán, que re­cibióle en sus brazos y le besó co­mo si de su propio hijo se tratara, maravillado de su arrogancia, de su buen aspecto y de la riqueza de sus atavíos. Y en el mismo momento retembló el aire con las aclamacio­nes lanzadas por todos los emires, visires y guardias, y con el sonido de trompetas, clarinetes, óboes y tambores. Y pasando el brazo por el hombro de Aladino, el sultán le condujo al salón de recepciones, y le hizo sentarse a su lado en el le­cho del trono, y le besó por segunda vez, y le dijo: “¡Por Alah, oh hijo mío Aladino! que siento mucho que mi destino no me haya hecho encon­trarte antes de este día, y haber di­ferido así tres meses tu matrimonio con mi hija Badrú’l-Budur, esclava tuya!” Y le contestó Aladino de una manera tan encantadora, que el sul­tán sintió aumentar el cariño que le tenía, y le dijo: “¡En verdad, ¡oh Aladino! ¿qué rey no anhelaría que fueras el esposo de su hija?” Y se puso a hablar con él y a interrogar­le con mucho afecto, admirándose de la prudencia de sus respuestas y de la elocuencia y sutileza de sus dis­cursos. Y mandó preparar, en la misma sala del trono, un festín mag­nífico, y comió solo con Aladino, haciéndose servir por el gran visir, a quien se le había alargado con el despecho la nariz hasta el límite del alargamiento, y por los expires y los demás altos dignatarios:
    Cuando terminó la comida, el sul­tan, que no quería prolongar por mas tiempo la realización de su pro­mesa, mando llamar al kadí y a los testigos, y les ordenó que redactaran inmediatamente el contrato de ma­trimonio de Aladino y su hija la princesa Badrú’l-Budur. Y en presen­cia de los testigos el kadí se apresuró a ejecutar la orden y a extender el contrato con todas las fórmulas re­queridas por el Libro y la Sunnah. Y cuando el kadí hubo acabada, el sultán besó a Aladino, y le dijo: “¡Oh hijo mío! ¿penetrarás en la cámara nupcial para que tenga efecto la con­sumación esta misma noche?” Y con­testó Aladino: “¡Oh rey del tiempo! sin duda que penetraría esta misma noche para que tuviese efecto la consumación, si no escuchase otra voz que la del gran amor que ex­perimento por mi esposa. Pero de­seo que la cosa se haga en un pa­lacio digno de la princesa y que le pertenezca en propiedad. Permíteme, pues, que aplace la plena realización de mi dicha hasta que haga cons­truir el palacio que le destino. ¡Y a este efecto, te ruego que me otor­gues la concesión de un vasto terre­no situado frente por frente de tu palacio, a fin de que mi esposa no esté muy alejada de su padre, y yo mismo esté siempre cerca de ti para servirte! ¡Y por mi parte, me com­prometo a hacer construir este palacio en el plazo más breve posible!” Y el sultán contesto: “¡Ah! ¡hijo mío, no tienes necesidad de pedirme permiso para eso! ¡Aprópiate de to­do el terreno que te haga falta en­frente de mi palacio. ¡Pero te ruego que procures se acabe ese palacio lo más pronto posible, pues quisiera gozar de la posteridad de mi des­cendencia antes de morir!” Y Ala­dino sonrió, y dijo: “Tranquilice su espíritu el rey respecto a esto. ¡Se construirá el palacio con más diligencia de la que pudiera esperar­se!” Y se despidió del sultán, que le besó con ternura, y regresó a su casa con el mismo cortejo que le había acompañado y seguirlo por las aclamaciones del pueblo y por votos de dicha y prosperidad.
    “En cuanto entró en su casa puso a su madre al corriente de lo que había pasado, y se apresuró a reti­rarse a su cuarto completamente so­lo. Y cogió la lámpara mágica y la frotó como de ordinario. Y no dejó el efrit de aparecer y de ponerse a sus órdenes. Y le dijo Aladino: “¡Oh efrit de la lámpara! ante todo, te fe­licito por el celo que desplegaste en servicio mío. Y después tengo que pedirte otra cosa según creo, más difícil de realizar que cuanto hiciste por mí hasta hoy, a causa del poder que ejercen sobre ti las virtudes de tu señora, que es esta lámpara de mi pertenencia. ¡Escucha! ¡quiero que en el plazo más corto posible me construyas, frente por frente del palacio del sultán, un palacio que sea digno de mi esposa El Sett Badrú’l-Budur! ¡Y a tal fin, dejo a tu buen gusto y a tus conocimientos ya acreditados el cuidado de todos los detalles de ornamentación y la elección de materiales preciosos, ta­les como piedras de jade, pórfido, alabastro, ágata, lazulita, jaspe, már­mol y granito! Solamente, te reco­miendo que en medio de ese palacio eleves una gran cúpula de cristal, construida sobre columnas de oro macizo y de plata, alternadas y agu­jeriada con noventa y nueve venta­nas enriquecidas con diamantes, rubíes, esmeraldas y otras pedrerías, pero procurando que la ventana número noventa y nueve quede im­perfecta, no de arquitectura, sino de ornamentación. Porque tengo un proyecto sobre el particular. Y no te olvides de trazar un jardín her­moso, con estanques y saltos de agua y plazoletas espaciosas. Y sobre todo, ¡oh efrit! pon un tesoro enor­me lleno de dinares de oro en cierto subterráneo, cuyo emplazamiento has de indicarme: ¡Y en cuanto a lo demás, así como en lo referente a cocinas, caballerizas y servidores, te dejo en completa libertad, con­fiando en tu sagacidad y en tu buena voluntad!” Y añadió: “¡En seguida que esté dispuesto todo, vendrás a avisarme!” Y contestó el genni: “¡Escucho y obedezco!” Y desapareció
    (西班牙留學(xué)網(wǎng)xibanya.liuxue86.com)
    感謝閱讀《西班牙語學(xué)習(xí)網(wǎng):西班牙語閱讀《一千零一夜》連載三十五d》一文,我們精心為您準(zhǔn)備延伸閱讀:西班牙語學(xué)習(xí)技巧
    西班牙語沒有英語這么復(fù)雜的發(fā)音規(guī)則。他幾乎每一個(gè)字母都只有一個(gè)特定的音,我舉個(gè)例子,a這個(gè)字母無論何時(shí)都發(fā)“阿”這個(gè)音,e發(fā)“唉”(口型小點(diǎn),跟英語里的e差不多)。西班牙語只有一個(gè)音是比較難發(fā)的,那就是r這個(gè)字母,他發(fā)的是大舌顫音,其實(shí),西班牙語最難得不是他的發(fā)音,而是他的語法和動(dòng)詞變位。你一學(xué)就知道了,背的東西太多。還有,他的語速不是一般的快,你要做好心理準(zhǔn)備,和英語不是一個(gè)數(shù)量級(jí)的!!我建議你最好提前買一本西班牙語看看,因?yàn)樗扔⒄Z難學(xué)的多的多 。
    1. 西班牙語屬于拉丁語系,比英語要科學(xué),是不要音標(biāo)的拼音文字,掌握發(fā)音規(guī)則后就能夠”見詞發(fā)音”。短短的入門,學(xué)的好,就可以地道流利地讀出所有的西班牙文章,這是第一關(guān)!西班牙諺語中把最難做的事情比做”學(xué)漢語”,可見有中文水平的人學(xué)西班牙不是成了最容易的事了?
    2. 西班牙語的小舌音,卷舌連續(xù)抖動(dòng)的r、rr是中國(guó)人的難點(diǎn),竅門有三。一、發(fā)音前多加上“德拉”;二、利用漱口的時(shí)候,多延時(shí)5分鐘——“嘟魯魯”;三、堅(jiān)持2-4周利用上下班和無人的時(shí)候,練習(xí)卷舌,以上三點(diǎn)定會(huì)讓你有“西班牙”味!還有些音是要聲帶鎮(zhèn)動(dòng)的,要注意!
     3. 掌握西班牙語動(dòng)詞的變位也是個(gè)要死記硬背,熟能生巧的活!他的變化是為了口語交流中大量的省略主語,口語的方便帶來的動(dòng)詞變位頭痛是每一個(gè)有志學(xué)好西班牙語的人要克服的難關(guān)。有人說:“流利地讀,熟練變位”掌握好了,西班牙語就學(xué)會(huì)了一半??!初學(xué)者就沒有白學(xué)!你也知道了重點(diǎn)在哪里了,可以集中精力去攻哪一塊了。
     4. 有點(diǎn)英語基礎(chǔ)的人,會(huì)發(fā)現(xiàn)西班牙語單詞在多數(shù)主要單詞詞干上非常接近,這樣大家學(xué)習(xí)起來又省了些勁!
     5. 學(xué)習(xí)任何外國(guó)語,要以模仿開口為優(yōu)先,背會(huì)一句就應(yīng)用一句,這樣就算掌握了。不要,先糾語法一堆,就是不敢開口!講錯(cuò)了,因?yàn)槟闶峭鈬?guó)人,別人的背景比你大,所以人家仍然能聽懂你,就象外國(guó)人講漢語,即使很不準(zhǔn),你也能聽懂,搞明白,會(huì)原諒他的不標(biāo)準(zhǔn)的。膽子大是第一啊,有人說過,你學(xué)外語多數(shù)都不是為了當(dāng)電臺(tái)標(biāo)準(zhǔn)播音員吧,何況,即使母語能挑上當(dāng)播音員的又有幾個(gè)?降低標(biāo)準(zhǔn),抓住重點(diǎn),能繞開你學(xué)語言的誤區(qū)!
    2012年02月22日 《西班牙語學(xué)習(xí)網(wǎng):西班牙語閱讀《一千零一夜》連載三十五d》來源于西班牙留學(xué)https://xibanya.liuxue86.com